Eu non son moi futboleiro, pero cando hai un bo motivo si que me gusta ver os partidos. Onte era un destes díase fómonos o Cadomoki, un gran café cunha pantalle de máis de 12 metros cadrados. Un lugar perfecto para ver a selección. A imaxe creo que define á perfección o que aconteceu onte pola noite. Bares ateigados e a xente vibrando cun partido precioso contra o noso particular oso: Italia.
O noso carón estaban vendo o partido un par de italianos e un polaco (que ía de Italia) que quedaron cunha cariña de circunstancias que había que velos. O resto das máis de persoas que enchíamos o local vibramos con España, e sobre todo con Casillas.
A foto é do último penalti.
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1 comentario:
A mí me pilló en el autobús (intentando leer infructuosamente) y he de reconocer que fue divertida la parte final: el autobusero haciendo comentarios derrotistas de todos los que iban a tirar penaltis, cuando estos marcaban, cambiaba su discurso... la gente del autobús gritaba con cada tiro, aplaudía, se agitaba... (llegué a temer que volcásemos). Cuando España marcó el penalti que le garantizaba su pase a semifinales... fue el acabose. mi compañera de asiento (señora de 50 años aproximadamente) LLORABA de la emoción. A los 10 minutos llegamos a Cáceres: media población estaba en los balcones agitando banderas de España, la otra mitad con el parque móvil por las calles y los cláxones a todo meter..., el del autobús que se contagia y empieza a darle también al "pito", atascos a las doce de la noche... el del autobús que enlaza con la crisis del petróleo y sentencia: no debe estar tan caro el gasoil cuando todo el mundo saca el coche. Estación de autobuses, atasco para llegar a mi casa, rodeo, consigo llegar y sólo pienso en acostarme, pero, ahá, los del claxon no me dan tregua, "la caló" aprieta... y "asín" hasta las tres de la mañana.
Me alegra que haya ganado España, pero me jode tener que comerme todos los pitidos de todas las victorias de todas las cosas que se celebran en esta maravillosa ciuda.
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